Cáritas Diocesana de Sant Feliu de Llobregat presenta la memoria del 2017

La acción de Cáritas Diocesana, en las comarcas del Alt Penedès, Baix Llobregat, Garraf y parte de la Anoia, ha beneficiado a 20.302 personas. Una situación de precariedad que se cronificando en más de 7.300 hogares atendidos durante el 2017.



El día de Corpus, Cáritas Diocesana de Sant Feliu de Llobregat hizo pública su memoria social, que recoge la acción de las diferentes Cáritas integradas bajo el mismo NIF de la Cáritas Diocesana de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona, ​​Barcelona, Garraf y parte de la Anoia).

Gracias a la labor de las 932 personas voluntarias de las diferentes Cáritas parroquiales y interparroquiales, donantes, socios y colaboradores, Cáritas continúa ayudando a las personas en situación de pobreza y luchando por su dignidad y sus derechos.

El 2017 ha sido un año en el que los mensajes positivos sobre la recuperación económica nos pueden llevar a pasar por alto la realidad y la situación de precariedad que viven una parte importante de las personas, en nuestro país y también en nuestro territorio.

Durante en 2017 Cáritas Diocesana de Sant Feliu de Llobregat apoyó 20.302 personas, que corresponden a 7.351 hogares. Un dato que nos podría esperanzar, dado que significa un descenso respecto a años anteriores. Pero nada más lejos de la realidad, ya que son 17.188 las personas que han participado directamente en nuestros proyectos, lo que supone un aumento respecto de los años anteriores, y reafirma lo que desde Cáritas, a través de estudios como el FOESSA, intenta alertar en los últimos años. Las familias en situación de precariedad se mantienen en una situación igual o peor que la que tenían durante la crisis, tan solo un 9% de los hogares en situación de pobreza han experimentado una mejora de su situación en esta supuesta recuperación económica.

Con el análisis de los datos que recogen la acción de Cáritas Diocesana y de todas aquellas Cáritas parroquiales y interparroquiales integradas bajo el mismo NIF, podemos constatar que el acompañamiento que hacemos a las familias nos supone intervenciones cada vez más intensivas, que comprenden prácticamente todos los miembros de los hogares y que se dilatan en periodos de tiempo más largos, es decir hay un descenso del número de hogares atendidos, pero la situación de precariedad de estos hogares está cada vez más cronificada y requieren un mayor apoyo.

Las principales problemáticas de las personas que se han dirigido a Cáritas durante 2017 han sido, además de la cobertura de necesidades básicas, las relacionadas con las dificultades para garantizar una vivienda digna, con el acceso a un puesto de trabajo y la precariedad laboral, y las relacionadas con la infancia. Todos estos años de crisis han hecho que la capacidad que tenían estas familias para superar las situaciones de dificultad se haya visto considerablemente reducida, han agotado los ahorros, las diferentes redes de apoyo familiar y han reducido gastos a costa de recortar la inversión en la cobertura de algunas necesidades consideradas básicas. Si a este hecho añadimos las insuficientes medidas políticas en nuestro sistema de protección social, podemos constatar la práctica desaparición de la red de seguridad de estas familias, que quedan expuestas por completo.

Por este motivo resulta tan necesaria la labor de las entidades sociales, y por tanto también el acompañamiento que se ofrece a estas personas desde Cáritas Diocesana de Sant Feliu de Llobregat, para poder ayudar a sostener este equilibrio, que no permite otra cosa a las familias que mantenerse en esta situación de precariedad y que su realidad no sea más insostenible.

Queremos poner de manifiesto que la actual capacidad de superación de estas familias, que no se ha recuperado después de la última crisis, no les permitiría hacer frente a un nuevo período de recesión, y que no podemos caer en una actitud de indiferencia ante esta realidad que se está naturalizando y entrando a formar parte de la normalidad.


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